Desde hace bastante tiempo quería leer esta premiada novela del francés David Foenkinos, que me llamó bastante la atención desde un primer momento no solo por las buenas críticas que no dejaba de recibir sino también porque tenía curiosidad por saber cómo se desarrollaba un argumento que a primera vista podía parecer algo simple y carente de imaginación.
Una tarde de domingo toda esa felicidad que ha llenado su vida en los últimos años se derrumba como un castillo de arena ante un tsunami. Repentinamente, el hilo del que pende la vida de François se desgarra de forma súbita, completamente imprevista. Y Nathalie pasa de sentir que toca el cielo a estar hundida en el más profundo dolor y dejarse arrastrar por la tristeza y el sentimiento de que su vida ha dejado de tener sentido. Sin embargo, el tiempo pasa, inalterable, y Nathalie descubre con la mayor de las sorpresas de que es más fuerte de lo que creía, que puede sobreponerse a su desgracia, y que la vida le reserva algo que hará que vuelva a sonreír.